Apple revolucionó la tecnología en muchos sentidos en su día. No hace falta irse muy lejos para encontrar un ejemplo ya que, el primer iPhone, revolucionó el mundo de los teléfonos móviles. Aún así, ¿es eso motivo para cobrar 999 € por un smartphone?.
Hace unos días el nuevo iPhone 6 salió a la luz. Bueno, en realidad ya lo habíamos visto antes, pero muchos deseábamos que esas filtraciones estuvieran equivocadas por el bien de Apple. De tener unos dispositivos cuidados hasta el más mínimo detalle, han pasado a un terminal desproporcionado según ellos mismos -criticaron mucho el tamaño de las pantallas defendiendo la suya-, por no hablar del aro de la cámara que sobresale. Hasta Samsung sabe hacer eso mejor.
No, ese último enlace no es aleatorio. Está ahí por algo. Sólo tenemos que irnos a otra de esas grandes marcas que apuestan por terminales premium para encontrar un dispositivo que triplique cualquier característica técnica y cueste menos dinero. Aunque si es por dinero, Xiaomi y Meizu tienen algo que decir.
Atentos a las especificaciones: un procesador de doble núcleo a 64 bits fabricado en 20 nm, pantalla de 1.334×750 píxeles (Retina HD lo llaman), cámara de fotos de 8 MP y 128 GB de memoria. Todas rebatibles desde el punto de vista técnico porque: nadie necesita 64 bits y no creo necesario ensalzar la fabricación en 20 nm cuando otros van por 8 núcleos, en pantalla otros van por QHD, las cámaras de fotos es territorio de NokiaMicrosoft con sus 41 MP de PureView y, bueno, la memoria sí que han puesto la más grande. Pero, señoras y señores, no se les ha ocurrido poner una ranura microSD.
Y ustedes pensarán, ¿por qué sólo utiliza este señor argumentos demagógicos sobre quién la tiene más grande? En realidad, al iPhone de Apple no le hace falta nada de eso para igualar y superar a nivel del uso del usuario a cualquier otro terminal. Entonces, ¿por qué ser tan crítico con el iPhone 6?
Porque, en mi opinión, están vendiendo la moto a precio de oro. Se enorgullecen de ser una marca que preocupa por el diseño de sus equipos (el Mac Pro es increíble) y luego resulta que, a las primeras de cambio, tiran por tierra sus principios sólo por el color del dinero. La relación de aspecto de la pantalla del iPhone 5 era perfecta (según ellos y adiós en el iPhone 6), además de que nunca tendrían una pantalla más grande que aquella (iPhone 6 Plus de 5,5″). Eso por no mencionar que el hardware es un refrito de un año a otro. Bendito capitalismo.