El pasado mes de agosto, Google anunciaba la adquisición de Motorola Mobility por la cantidad de 9.332 millones de euros (12.500 millones de dólares). Uno de los objetivos primordiales que ha tenido la compañía de Mountain View con esta compra es el de usar las más de 17.000 patentes de Motorola Mobility para proteger a los partidarios de su software Android en los conflictos legales con rivales como Apple.
El pasado 18 de noviembre los accionistas de Motorola dieron su aprobación a la compra, pero la Unión Europea, el último organismo que tenía que dar el sí a la operación, ha decidido paralizarla temporalmente hasta que obtenga más información al respecto. De este modo, los reguladores de Bruselas darán una respuesta el próximo día 10 de enero.
El portavoz de Google en Bruselas, Al Verney, ha asegurado a través de un correo electrónico, que están seguros de que la Comisión va a concluir que esta adquisición es buena para la competencia. Además ha manifestado que va a trabajar estrechamente y cooperar con ellos mientras continúan con su revisión.
La Comisión Europea no sólo está investigando este acuerdo de compra por parte de Google, también está investigando a la firma californiana por las quejas expuestas de otros fabricantes por temas de competencia. En los próximos meses se espera que este organismo publique todas las resoluciones sobre todos los casos. Por su parte, el Departamento de Justicia estadounidense es otro de los organismos que también está estudiando el caso de la compra de Motorola Mobility.
Parece, por tanto, que todo lo que hace la gran G es mirado con lupa, sobre todo después de los múltiples problemas que ha tenido con otras compañías del sector.