Una nueva aplicación fotográfica está desatando cierto furor entre los usuarios de algunos países latinoamericanos, como Chile, México y Colombia. Su nombre es Blink Me y a través de esta aplicación, los usuarios pueden compartir imágenes fotográficas que durarán poco tiempo en la pantalla del destinatario, destruyéndose a los pocos segundos de ser recibidas.
Como bien han explicado sus creadores, Blink Me tiene ya unos 3.000 usuarios registrados, alcanzando cada día nuevas cuotas de usuarios que se las descargan y le dan un uso intensivo.
Completamente gratuita, esta aplicación funciona como un tipo particular de chat, donde cada usuario dispone de su propia lista de contactos y a los que les puede enviar mensajes y compartir sus fotografías, las cuales pasado un corto período de tiempo desaparece de la pantalla del teléfono móvil de quien las recibe, sin dejar rastros visibles de las mismas.
La intención de esta aplicación es, según explican sus propios creadores, el poder difundir fotografías supuestamente comprometidas por internet, principalmente a través de las redes sociales, sin que las mismas puedan ser difundidas más allá de los ámbitos donde sus creadores desean que se reproduzcan, de ahí que una vez que el usuario las ve, las imágenes se autodestruyen o desaparecen.
Sin embargo, a este propósito inicial que intentaron darle sus creadores, se le ha sumado otro inesperado, y es el uso que le han dado los usuarios que han descargado esta aplicación, los cuales la están utilizando para compartir un instante determinado que luego desaparecerá.
“La mayoría de gente lo usa simplemente para compartir un momento. Las fotos en los chats tradicionales se almacenan y ocupan memoria del teléfono, y a veces no tiene sentido guardarlas”, afirma Max Rencoret, uno de sus creadores.