Los desarrolladores de programas informáticos chinos quieren hacerse con su propia versión del sistema operativo Android, esta vez intentando crear un producto de factura nacional, motivo por el cual han anunciado la producción de un nuevo software en colaboración con los programadores de la compañía Canonical.
Para producir éste nuevo sistema operativo, los desarrolladores chinos han trabajado en la creación de una versión particular de Ubuntu, basado a su vez en Linux, la cual tendrá como resultado la posibilidad de que los usuarios lo puedan utilizar tanto en sus teléfonos móviles y tablets, así como en ordenadores de sobremesa y servidores locales.
Lo más significativo de este nuevo sistema operativo que verá la luz el mes de abril próximo, es que en su concepción se pensó en la idoneidad de la escritura china, además de satisfacer ciertas y determinadas necesidades del gran país asiático. Según algunas fuentes, se dice que el Gobierno chino se encuentra detrás de la creación de este nuevo software.
Al parecer, las intenciones de los desarrolladores chinos, y la de su Gobierno, son las de ser capaces de disponer de un sistema operativo propio, hecho a medida, que les permita eliminar la dependencia de compañías extranjeras como Microsoft (Windows) y Google (Android), tanto para sus ordenadores domésticos como para sus teléfonos móviles y tablets.
Una dependencia que evidentemente no sólo sería económica, sino que estaría muy cerca de las aspiraciones de su gobierno de controlar el tipo de contenido al que pueden tener acceso sus usuarios nacionales; impidiéndoles a su vez el poder acceder a ciertos y determinados servicios y portales webs.