La crisis sigue en HTC. El fabricante taiwanés registró en su tercer trimestre fiscal las primeras pérdidas netas trimestrales de su historia, tras perder 2.970 millones de dólares taiwaneses (74,4 millones de euros), en contraste con los 3.900 millones de dólares taiwaneses (97,7 millones de euros) que ganó hace un año.
El beneficio por acción después de impuestos de HTC, se situó en -3,58 dólares taiwaneses, frente a los 4,7 dólares taiwaneses de hacer un año, para las aproximadamente 830,403 millones de acciones. Por otro lado, las ventas del grupo en este periodo alcanzaron los 47.050 millones de dólares taiwaneses (1.178 millones de euros), un 33% menos que los 70.200 millones de dólares taiwaneses (1.758 millones de euros) que ingresó en el tercer trimestre del ejercicio anterior.
La compañía, que publicará en aproximadamente un mes los resultados definitivos, ha señalado además que registró unas pérdidas operativas de 3.500 millones de dólares taiwaneses (87,7 millones de euros), mientras que las pérdidas antes de impuestos también fueron de 2.970 millones de dólares taiwaneses (74,4 millones de euros).
Mientras HTC hace aguas, la compañía sigue poniendo todas sus esperanzas en sus nuevos terminales. Uno de ellos es el HTC One Max, que verá la luz el próximo 15 de octubre. Se trata de un phablet de 5,9 pulgadas con resolución Full HD 1.920 x 1.080 píxeles, que incorporará además un procesador corre a 1.7 GHz. Asimismo, contará con una memoria RAm de 2 GB, con 16 GB de almacenamiento interno, y cámara de 4 megapíxeles, con la tecnología UltraPixel. La batería será de 3.300 mAh, y llevará Android 4.3, por debajo de la propia interfaz Sense de HTC.
En cuanto al precio, las últimas informaciones aseguran que podría llegar a venderse por 800 dólares (unos 600 euros). Veremos a ver qué ocurre de cara a los próximos meses, aunque todo hace indicar que Samsung no deja que nadie viva.