El pasado año, la justicia estadounidense consideró que Samsung había infringido una serie de patentes de Apple con algunos de sus dispositivos. Aunque no prohibió la venta de dichos productos, sí impuso a la compañía surcoreana una multa de 1.050 millones de dólares (unos 841 millones de euros) que debía pagar a Apple por daños y perjuicios.
Estas patentes hacen referencia a algunos aspectos de diseño y de uso, como el “pinchar para hacer” zoom en determinadas aplicaciones integradas en el sistema operativo (patente 915). Pese a la multa y a que muchos de los productos ya son antiguos y apenas tienen valor competitivo, Apple considera que el que no existan medidas cautelares que impidan su venta, dañará a sus productos, presentes y futuros.
Por tanto, Apple ha presentado una moción en Estados Unidos para renovar la petición de que se prohíban productos de Samsung. En su solicitud, Apple dice: “La ausencia de un mandato judicial es mucho más perjudicial para Apple de lo que la entrada de una medida cautelar sería para Samsung, ya que las partes tienen líneas de productos de alcance muy diferente”.
“A diferencia de Apple”, continúa la solicitud, “que lanza sólo un pequeño número de nuevos productos cada año y vende sólo unos pocos productos de teléfonos inteligentes en un momento dado, Samsung lanza unos 50 nuevos teléfonos inteligentes cada año y tiene más de 100 productos disponibles en EEUU”.
En este sentido, desde FOSS Patents aseguran que “la cuestión de fondo es que exista un estándar adecuado sobre lo que debería ser un nexo causal entre la infracción comprobada y un presunto daño irreparable al titular del derecho vigente, en este caso Apple. Y Apple ha hecho algunos avances en este sentido”.