La relación de Samsung con Android podría ser aún más intensa hoy en día de lo que ya lo es. Tanto, que la surcoreana podría ser la dueña de la plataforma, en lugar de Google. Así lo habría desvelado el periodista Fred Vogelstein en su nuevo libro “Dogfight: How Apple and Google Went to Star and Started a Revolution”. En él, Vogelstein revela que Samsung tuvo la oportunidad de hacerse con Android en el año 2005, pero rechazó la compra y prácticamente se burló de la iniciativa.
Ese año aún le quedaban dos para que llegara al mercado al primer iPhone y para que se comenzara a hablar de teléfonos inteligentes. Por aquel entonces Nokia era el líder indiscutible entre los fabricantes de móviles. Entonces Android era una pequeña startup que había surgido con la idea de desarrollar una plataforma de softare para cámaras digitales.
Semanas antes de que Google cerrara la compra de Android por 50 millones de dólares, el responsable de la firma, Andy Rubin, mantuvo una reunión con directivos de Samsung en Corea. En ella, Rubin presentó su proyecto ante una veintena de ejecutivos de la firma asiática explicándoles su intención de diseñar un nuevo sistema operativo para móviles.
Lo único que consiguió Rubin fueron burlas por parte de los altos cargos de la empresa coreana.“¿Tú y qué ejército vais a crear esto? Tienes seis personas. ¿Estás drogado?”, son algunas de las cosas que le dijeron al padre de Android, tal y como recoge Vogelstein en su libro. Un par de semanas después, Google compró todo lo relacionado con el proyecto Android, donde ocho trabajadores junto a Rubin fueron trasladados a Mountain View para formar parte de la compañía de Internet. El éxito que supuso esta compra es conocido por todos, y seguro que más conocido aún por aquellos ejecutivos de Samsung que decidieron dejar pasar esa oportunidad.
Sin embargo, no se puede decir con alegría que haber dejado pasar de largo la compra de Android fuese mal negocio para Samsung. A día de hoy, es la que tiene mayor cuota del mercado de smartphones con mucha diferencia y la que acapara la mayoría de los ingresos que genera el sistema operativo a fabricantes.