Samsung está siendo el protagonista indiscutible del Mobile World Congress de este año. La compañía ha elegido este lugar para presentar el que va a ser su nuevo buque insignia, fiel sustituto de su antecesor y gran competidor del que se espera sea ya la sexta generación de teléfonos de Apple.
Como se esperaba, el nuevo Galaxy S5 es resistente al polvo y al agua (aguanta un metro de profundidad durante un máximo de media hora). Una característica interesante, que ya había incorporado Sony en su móvil Xperia Z1, y que le había valido el reconocimiento de la industria y de los usuarios.
El Galaxy S5 también trae un lector de huella dactilar, que permite activar un modo privado para proteger archivos personales en el terminal y que puede ser utilizado como contraseña para hacer uso de determinados servicios. El sensor está integrado en el botón de inicio y puede almacenar huellas de hasta tres personas.
El terminal equipa una pantalla de 5,1 pulgadas, lleva LTE y Wifi avanzado. Igualmente lleva una cámara de 16 megapíxeles, en la que se ha mejorado la velocidad, pues es capaz de tomar una foto en 0,3 segundos. “Es el smartphone más rápido del mercado”, aseguraron.
La quinta generación de los Galaxy incorpora además un procesador de cuatro núcleos a 2,5 GHz y 2 GB de memoria RAM. En cuanto a sus exterior, pesa 145 gramos y la parte trasera está hecha del mismo material rugoso que el Galaxy Note 3, pero mucho más agradable al tacto. Su grosor es de apenas 8,1 milímetros.
Su batería es de 2.800 mAh, lo que, dijeron, le da una autonomía de hasta 10 horas en navegación y 12 horas en reproducción de vídeo.
También ligado a la autonomía, Samsung ha creado una solución, llamada Ultra Power Saving Mode, que apaga todas las funciones salvo mensajes y llamadas, y deja la pantalla en blanco y negro. Todo con el fin de lograr que la batería dure más. Según explicó Samsung, el nuevo Galaxy S5, estará disponible el 11 de abril en 115 países y saldrá a la calle en cuatro colores (blanco, negro, azul y dorado).