Samsung y Apple llevan enfrentadas por temas de patentes desde el año 2011, cuando la californiana demandó a los surcoreanos acusándoles de haber copiado el diseño de sus productos. Samsung, como es lógico, no se quedó de brazos cruzados y respondió rápidamente demandando a su vez a Apple por violaciones de las patentes de la tecnología 3G. Desde entonces, las idas y venidas al juzgado han sido continúas y su batalla mediática parece no tener fin.
Lo cierto, es que la mayoría de los juicios han sido resueltos a favor de Apple, por lo que Samsung adeuda ya casi 1.000 millones de dólares a sus competidores estadounidenses. En la actualidad, el proceso vive una segunda parte en la que ambas compañías están centrando sus esfuerzos en tratar de demostrar los daños que los supuestos plagios por parte de la competencia han causado sobre sus ventas y planes de expansión.
Su enfrentamiento está ocasionando que nos estemos enterando de una serie de cuestiones bastante polémicas. La última tiene que ver con Samsung y Google y ha sido destapada por la defensa de Apple. La firma estadounidense trata de demostrar que Google llegó a un acuerdo privado con Samsung en 2012 por el cual se comprometió a apoyar financieramente la defensa de Samsung en su juicio por las patentes de teléfonos móviles.
Tal y como apunta El Mundo en su edición digital, para demostrar la existencia del acuerdo, la defensa de Apple presentó varios correos electrónicos intercambiados entre ejecutivos de Samsung y Google – y autentificados por un abogado de Google– en los que los segundos se comprometían a indemnizar total o parcialmente aquellos perjuicios económicos que pudiesen derivarse de cuatro de las patentes en disputa con Apple.
De estas cuatro patentes, dos se han apartado del caso, pero las otras dos, relativas a características de la interacción del usuario con el teléfono (sincronización del fondo y sistema de búsqueda universal), forman parte del proceso judicial que se ha retomado estos días.
De momento, así está la cosa, pero la situación está llegando a un límite que ambas compañías van a acabar eternamente enemigas.