Samsung y Apple han vuelto a ser noticia estos días en diferentes medios y no por su enfrentamiento, tampoco por presentar nuevos dispositivos, si no por temas más serios, como es el que tiene que ver con la seguridad de sus terminales. Hace sólo unos días que Fanny Schlatter, una joven suiza sufría quemaduras de tercer grado a causa de la explosión de su Smartphone Samsung Galaxy S3 que guardaba en su bolsillo, de nuevo la polémica estaba servida.
Si a esto le sumamos la muerte de otra joven China, Ma Ailun, por hablar mientras cargaba su iPhone 5, nos encontramos con un problema de dominio público que pone en alerta a todos los consumidores de telefonía. A diferencia de la chica asiática, Schlatter pudo salvar su vida gracias a la ayuda de su jefe, que le arrancó la ropa incendiada. A pesar de ello, la joven ha sufrido unas graves quemaduras de tercer grado.
“Lo poco que quedó del teléfono ha sido enviado a Corea del Sur para investigar la naturaleza de la explosión”, aseguró la portavoz suiza de Samsung Mirjam Berger. Asimismo, esta representante ha transmitido en nombre de su compañía su consternación y disculpas por el desagradable accidente. También ha asegurado que Samsung someterá a “un control de calidad riguroso a todos sus dispositivos”.
Ahora, la pregunta que nos hacemos es: ¿Fue la explosión debida a un defecto en el terminal o al hecho de que Schlatter hubiera equipado su teléfono con una batería que no era la oficial?
En el caso de Ma Ailun, todo hace indicar que la joven estaba cargando su iPhone 5 con un cargador “no oficial”, ante esto poco podrá hacer la familia para recurrir. “A veces, los cargadores falsos economizan en la calidad. El protector del circuito puede no ser bueno, y puede derivar en una rotura del condensador y el posterior envío de 220 voltios de energía directamente a la batería del teléfono”, explicó un experto.
“Hong Kong, Taiwán y Japón tienen un estándar eléctrico de 110 voltios. En China continental, son 220 voltios”, destacó el experto, quien añadió que, en este caso, el cargador podría haberse roto y “sobrecargado“.
Por su parte, Apple no tardó en publicar un mensaje dirigido a sus usuarios en el país asiático: “Nos sentimos muy apenados por el desafortunado incidente. Trasladamos nuestras condolencias a la familia”.
Teniendo en cuenta los exhaustivos controles a los que someten las grandes firmas sus terminales antes de ser puestos en el mercado, aquí el problema está en recurrir a accesorios de terceros y hacer un mal uso de ellos, como cargarlos durante largas horas o exponerlos a temperaturas extremas. Sobre decir que nada explota ni electrocuta si se usa con prudencia.