Un estudio realizado a principios de los 2000 por el prestigioso doctor G. Hyland junto con la Universidad de Warwick (Gran Bretaña) desaconsejaba la exposición prolongada de niños y adolescentes a la radiación electromagnética que producen esta clase de dispositivos. A pesar de ello, la mayoría de estudios que se han ido presentando a lo largo de estos años desmienten que estas tecnologías puedan incidir en la buena salud de las personas.
De hecho, un estudio recién publicado por el Mobile Telecommunications and Health Research Programme (MTHR), que cuenta con el apoyo del Departamento de Sanidad del gobierno de Estados Unidos, explica que después de once años de estudio no se han encontrado evidencias sobre los efectos perniciosos de los móviles en la salud de las personas.
Tras las pruebas realizadas, se ha determinado que el uso de teléfonos móviles no está relacionado con enfermedades como la leucemia. Lo mismo ha ocurrido con las modulaciones que se producen a través de las transmisiones de radio y otras señales, a menudo empleadas por los servicios de emergencia. No hay ninguna evidencia que apoye que estas radiaciones puedan reportar riesgos para la salud de los ciudadanos.
Pero, hay otros estudios que advierten de que un uso mínimo es nocivo para nuestra salud. Investigadores de la Universidad de California publicaron a finales de año que solo media hora de exposición a las radiaciones de los teléfonos móviles de cuarta generación o 4G basta para afectar negativamente la actividad neuronal del cerebro, tanto de las regiones cercanas como remotas, incluido el hemisferio izquierdo.
Los científicos encargados del experimento estimaron que el uso prolongado de los teléfonos 4G podría influir en los casos de tumores en la zona de la cabeza y cuello, daños en el esperma, y consecuencias para la salud reproductiva en los descendientes.
Este informe concreto recomienda un uso limitado de este tipo de terminales, especialmente en mujeres y niños; asimismo, recomienda no sujetarlos en modo de uso cerca de la cabeza, pecho y órganos reproductores.