Las versiones mini de los terminales punteros de los fabricantes de smartphones no están cumpliendo con las expectativas de ventas esperadas, ¿por qué?
Desde que Samsung sacara en junio de 2010 el Galaxy S y, más tarde, sacara en mayo de 2011 el Galaxy Mini, la moda de los terminales mini sobre sus versiones superiores no ha hecho nada más que crecer.
Samsung, HTC, Sony o LG son un ejemplo de ello. Es directamente proporcional la cantidad de versiones mini respecto a su modelo superior en la gama de los Galaxy S, así cómo HTC también tiene su modelo mini del One. Y aunque LG haya cambiado recientemente su etiqueta de mini en el LG G3 Beat, no hizo lo mismo con el LG G2 Mini.
Sólo Sony ha sabido desligarse de la imagen que tiene la palabra mini y lo que los demás fabricantes hacían, que es rebajar las cualidades del hardware de los modelos mini. El Sony Xperia Z1 Compact es lo que deberían ser todas las versiones mini, mismas características en un espacio más reducido.
El precio es el problema de las versiones mini
Cuando nos interesamos por la versión mini del terminal de referencia de cada marca lo primero que vemos es el elevado precio de las versiones mini, lo cual nos echa para atrás a la hora de comprarlos. Por menos dinero podemos acceder a un gama media de la misma marca con similares características o incluso si buscamos un poco acceder al modelo de gama alta del año anterior por el mismo precio.
Y todo ello contando con que las características técnicas de hardware suelen ser tirando a mediocres en comparación con la gama media del momento.
En definitiva, el desastre de las versiones mini son una buena muestra de cuando se deja crear un terminal al departamento de márketing.
Vía | Digitimes